Principio 23

Los milagros reorganizan la percepción y colocan todos los niveles en su debida perspectiva. Esto cura ya que toda enfermedad es el resultado de una confusión de niveles.

Los niveles que se están confundiendo son los niveles de la mente y del cuerpo. El ego toma el problema de la culpa en nuestras mentes, que es la verdadera enfermedad, y dice que no es la mente la que está enferma, que es el cuerpo el que está enfermo. Cambia del nivel de la mente al nivel del cuerpo. El milagro regresa el problema adonde comenzó, y afirma que no es el cuerpo el que está enfermo, es la mente la que está enferma.

Eso es todo lo que hace el milagro. Regresa el problema adonde radica. Repito, el milagro le devuelve a la causa [la mente] la función de causalidad. El Curso es muy, muy enfático al respecto. No hay nada de clase alguna que esté enfermo en el cuerpo. El cuerpo no hace absolutamente nada. El cuerpo es neutral. Hay una lección en el libro de ejercicios que dice: "Mi cuerpo es algo completamente neutro" L-PII.294

El cuerpo meramente lleva a cabo los dictados de la mente. 

Como dije antes, el cuerpo no puede sanarse porque el cuerpo jamás estuvo enfermo. Es la mente la que está enferma y, por consiguiente, es la mente la que tiene que sanarse. La enfermedad de la mente es la separación, o la culpa; la cura de la mente es el perdón, o la unión. El milagro logra esto al devolver el problema al lugar donde radica.